jueves, 10 de mayo de 2012

RUINAS Y SILENCIOS

Silencios que hablan a voces, ruinas que nunca callarán.

Los bancos no pueden seguir con el atraco de  comisiones inventadas ni pretender intereses abusivos cuando el cliente no está en condiciones de negociar. En esa situación se ven miles de pequeñas empresas cuando necesitan renovar sus pólizas. El banco amenaza con la cancelación total de la deuda, lo que puede provocar el desahucio, el cierre automático del negocio y muchos trabajadores al paro sin  indemnizar.

Ese es, en la mayoría de los casos, el final del trámite. Todos pierden. El banco es el único que aumenta sus activos, tóxicos, pero garantes a la hora de trincar fondos públicos reunidos con las subidas del IRPF y las pérdidas de los ahorradores que invirtieron en participaciones preferentes. No lo olvidemos. Tan abundante monto no es suficiente para mantener los créditos a los empresarios en apuros. La mala praxis especulativa de los bancos, muy lejos de lo que debe ser su objeto social, nos ha puesto a todos en  aprietos imperdonables.

En muchos casos las empresas, antes de cerrar, hacen un último esfuerzo  para liquidar el débito. Aceptan los abusos del banco acreedor: préstamo a corto plazo, con amortizaciones mensuales (difíciles de pagar), intereses casi del 10%, comisiones de estudio y apertura del 4% y, para más pataleo, el seguro de tres coches. Eso ahora, más adelante, con el permiso de la autoridad, exigirá que el solicitante compre un pisito barato, de esos que tienen embargados. Vivir para llorar.

Lo peor de todo esto es que los capitostes que comen de gorra y van y vienen a Bruselas no hacen nada por evitar que los bancos se hagan ricos empobreciendo a la parroquia. Y los  medios de comunicación ¿no informan ni denuncian? A lo mejor es que  tienen créditos a punto de vencer y les obligan a pagar con el silencio, arruinando así su capital de libertad.
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6 comentarios:

Manuel dijo...

Querido Alex: ¡como me gusta tu blog como vertedero de bilis!.

Solo una reflexión que viene al pelo de este artículo y también del anterior:

Cuando se dice que estamos regresando, en tal o cual capítulo de la historia política o económica, 40 años atrás, los presuntos analistas se quedan muy cortos.

No, amigo: el sistema, el poder económico que nos ha tomado por asalto y nos ha sometido a golpe de dictamen judicial (siempre, el poder del tirano, se ha revestido de derechos legales), esta arrasytrándanos hasta el Siglo XIX. Podríamos, si apuramos los conceptos, situarnos en pleno S. XVIII.

Hay un único fin: El trabajador percibirá un salario de "subsistencia" que garantice al sistema de poder que puede seguir trabajando. Es decir, que puede comer, mantener su nivel productividad y ser útil en la medida en que la angustia no llega a producirle desestructuración.

El Salario como precio del Trabajo. El salario como medio de garantizar las plusvalías del propietario de los medios de producción.

¿No os suena todo esto?.

Hay una buena noticia: la sociedad consumista en que se apoya el sistema necesita de una clase media que está dispuesta a eliminar. El sistema se ahoga en su propia vanidad. Si el salario no garantiza el acceso a la socidad del "bienestar", no hay consumo y todo el círculo se va al carajo.

Lo que no sabemos es cuantos caeran en esta andadura. Probablemente muchos. Pero "ellos" tendrán que inventar su salida, la manera de seguir engordando sus arcas, y habrá de ser de manera distinta a como lo hacían hasta ahora. Ya no podemos comprar 4 televisores por vivienda, ni 2 ó 3 coches, ni podemos tener el piso enla ciudad y el adosado en la playa o en la montaña. Ya no hay tanta alegría en el restaurante ni en las grandes superficies.

¿Serán, de nuevo, las guerras las que soporten la responsabilidad de inflar los bolsillos del tirano?

Gracias, Alex, siempre, por tus ricas entradas.

Alejandro Pérez García dijo...

Gracias, querido Manuel, por estas disertaciones tan juiciosas con que nos invitas a ir más allá en la apreciación de estos modestos artículos, que se enriquecen gracias a comentarios como el tuyo, más importantes que los propios textos comentados.

Las crisis como la que ahora padecemos, que nos parece el final de todos los logros conseguidos, en realidad –desde mi modesta opinión- no es más que el principio de una mutación hacia un futuro diferente. Todo empieza, acaba y vuelve a empezar. Respuestas cíclicas.

Estoy de acuerdo contigo cuando dices que este “sistema”, construido con poderes económicos y judiciales, que bailan al son de la orquesta política, o viceversa en muchos casos, nos está arrastrando a momentos históricos del pasado, que muchos conocemos solo sea de oídas.

Es posible esa retrocesión, pero quizá solo en lo que vamos a sentir después de perder mucho de lo que tenemos, vista la privación desde un punto de vista relativo más que absoluto. Hay un refrán castellano que dice: “Tiene más el rico cuando empobrece, que el pobre cuando enriquece”. Puede servirnos para ver qué tenemos y qué podemos perder, y qué tenían los antepasados del siglo XVIII y XIX. Ahora, en la situación actual, es cada vez más difícil tener cuatro televisiones, tres coches o dos casas; pero las tenemos, o las hemos tenido. Cien años atrás, quienes pisaban la tierra que hoy paseamos, no tenían posibilidad de imaginar nada de todo esto. Solo tenían, si les llegaba, el “salario como precio del trabajo”, como tú muy bien dices, sinónimo de sustento para mantener al “explotado” en condiciones mínimas de seguir produciendo.

Yo quiero creer, querido Manuel, que el hecho de haber disfrutado de ciertos placeres –aunque los perdamos- será una referencia para encarar el futuro y luchar por él. Nos costará conseguirlo, pero conocerlo será un estímulo a la hora de cubrir esas metas. Eso, lógicamente, sabiendo que nada sería igual en muchos años, pues, como tú apuntas, la clase media, que es la que consume y la que está llenando los bolsillos capitalistas del sistema, se desplaza hacia las esferas más débiles. Su recuperación puede ser labor de varias generaciones.

Este sistema, según está montado el mundo actual, no sirve; o solo sirve para retroceder. Tenemos que acostumbrarnos a prescindir de muchas cosas consumidas y poner coto a los desenfrenos abusivos que sufre la sociedad en general, por parte los “salvapatrias” de turno. Personalmente confío en que el hombre moderno, gracias a la versatilidad (me refiero a la mejor acepción de su significado) y capacidades del ser humano, sabrá adaptarse y remontar, haciendo desaparecer comportamientos y costumbres fuera de tiempo y lugar, fortaleciendo los valores olvidados. Aunque en muchas cuestiones formativas nos han dejado en la cuarta pregunta, la juventud que nos sucede sabrá valorar las posibilidades que tiene a su alcance y utilizarlas en beneficio de su mundo. Espero, confío, que todo esto sea así en la realidad, y no constituya un canto a la esperanza en los límites de la ficción. En cualquier caso, aunque me haya referido a los jóvenes, la sabiduría reposada de la experiencia no debe quedar al margen de cometidos tan trascendentales, que nos afectan a todos.

Gracias, Manuel, te agradezco mucho estas aportaciones, estas palabras escritas, y más las palabras habladas del otro día. Con ellas descubrí un ser que cultiva valores imprescindibles: respeto, comprensión y generosidad. Como siempre, recibe un abrazo de los grandes.

Alex

Anónimo dijo...

Ole Alejandro porque cada día llegas un poco mas y ole a D. Manuel por su comentario tan propio y ole a ti otra vez por la respuesta que das y despues de todo esto pregunto por que no os hacen caso los que mandan con lo bien que lo escribis todo.

Abrazos y mas saludos nuevos.

Tu amigo Luis Martin.

Alejandro Pérez García dijo...

Amigo Luis, agradezco esas palabras de ánimo que nos dedicas. Sé que te expresas con el cariño, pero ¿por qué no me haces caso, aunque sólo sea con lo de las comas y los puntos? A ti también se te entendería de maravilla. En cualquier caso, gracias, pero no esperes que los políticos nos hagan caso. Ellos nos ignoran.

Un abrazo.

Alejandro

Laura Olalla dijo...

Amigo Alejandro, comparto en su totalidad esta reflexión que haces sobre la “Crisis” que estamos sufriendo, amenazante, disparatada, raída en sus más hondas consideraciones…. La Injusticia, la avaricia de los fuertes no perderán privilegios aunque la miseria humana haga su reclamo. Siento vergüenza de pertenecer a la raza humana. No puedo entender que haya personas que propicien la pobreza, el dolor y la desesperación de los indigentes – no de aquellos que se suponían una minoría, habida por diferentes circunstancias…, no, me refiero a la indigencia de la clase media que va desapareciendo para aumentar el conglomerado de los sin techo.
Inyecciones a la Bancos, bien sustanciosas, mientras las que sobre la salud de los mayores, pensionistas, menos remunerados, muy pronto tendrán el efecto placebo…
Cómo es posible- me pregunto siempre- que el abundante despilfarro de Políticos… Entidades Financieras… Grandes Industrias…Poderes Fácticos… y Mercados Internacionales, cómo es posible, digo, que de entre tanta camada… no haya una sola cabeza inteligente con la sabiduría que requiere gestionar con dignidad las distintas partidas Socio Económicas para que todo ser humano pudiera ostentar la credibilidad de inculcar a sus herederos las poderosas palabras: “QUÉ BELLO ES VIVIR”. Echo de menos a esos auténticos valores, rescatadores de palabras y hechos que algún libro de historia leía cuando niña.
El 15M es una referencia a un comienzo de cambio. Mas los que dicen trabajar por el interés de España, dudo mucho que se lo pongan fácil. Como tú bien dices, mientras la mentalidad de la parte dominante no cambie radicalmente, seguiremos mendigando en esta democracia que no porta denominación de origen porque está y seguirá estando subyugada a las falsas esperanzas…
Una hermosa reflexión. FELICIDADES por mostrar tus sentimientos, tu calidad humana y tus buenas letras. Un abrazo, Alex.

Alejandro Pérez García dijo...

No sabes cómo te agradezco, amiga Laura, tu visita a esta reflexión solitaria. Los temas, como este, que contienen la actualidad que no nos gusta son poco seguidos. Lo comprendo; siempre es más de lo mismo, de lo que no nos gusta. Sin embargo nunca faltan opiniones como la tuya que aportan algo más a la nada que nos habita.

Como vengo diciendo de manera reiterada, casi cansando, es imprescindible un cambio en la capacidad del ser humano. Quienes manejan los poderes de esta España nuestra que se nos desmenuza entre las manos, cada vez lo hacen peor y se alejan de aquellos oradores/pensadores de otros tiempos, que tu citas. La clase política está cada vez desprestigiada con un concepto muy generalizado, y así, las cabezas sanas y capacitadas huyen de estos entramados de digusto, de ineficacia, de corrupción... Con ello, la mediocridad nos mina como la carcoma. Tenemos que buscar cuanto antes un revulsivo que nos ponga en el camino del bien o, como decía aquí mismo no hace mucho, dentro de un rato puede ser tarde.

Sigo pensando, querida Laura, que VIVIR ES BELLO, pero debemos cambiar fines y medios; si no, la belleza de la vida podrá eclipsarse.

Agradecido, recibe un abrazo.